Una cita con María Griñó
La exposición podrá visitarse hasta el 10 de diciembre
La artista castellonense María Griñó recala en la Galería Real de la capital de La Plana con su coro de mujeres-tocado. Estas damas sin complejos siguen captando la atención del espectador como un imán. Su poder de atracción radica en la alegría de los temas, en el colorido vivo e intenso y, por supuesto, en el intrincado juego de volúmenes de sus poderosas cabelleras. Griñó trabaja sobre un sello propio heredado del cómic, el Pop Art y las estampas japonesas.
La serie de mujeres-tocado incorpora en esta exposición una novedad, un guiñó que su autora ha querido hacer a la ciudad de Castellón y sus monumentos. Así, podemos ver como el fondo casi siempre neutro en sus primeras composiciones se transforma en paisajes reconocibles. Las ermitas del Caminàs con la Basílica del Lledó al frente, el parque Ribalta con su aspecto boscoso de jardín inglés, las cálidas playas del Mediterráneo o el Grau de Castellón asoman tímidos desde el último plano. Griñó no permite sin embargo que estos referentes compartan el mismo punto focal que sus mujeres. La intensidad del color y la ausencia de su característico perfilado negro obligan a los monumentos a permanecer en un respetuoso segundo plano. Las mujeres-tocado de mirada distraída prefieren concentrarse en su partida de cartas, soñando tal vez con lugares más lejanos donde nuevos espectadores admirarán su irresistible belleza.
La serie de mujeres-tocado incorpora en esta exposición una novedad, un guiñó que su autora ha querido hacer a la ciudad de Castellón y sus monumentos. Así, podemos ver como el fondo casi siempre neutro en sus primeras composiciones se transforma en paisajes reconocibles. Las ermitas del Caminàs con la Basílica del Lledó al frente, el parque Ribalta con su aspecto boscoso de jardín inglés, las cálidas playas del Mediterráneo o el Grau de Castellón asoman tímidos desde el último plano. Griñó no permite sin embargo que estos referentes compartan el mismo punto focal que sus mujeres. La intensidad del color y la ausencia de su característico perfilado negro obligan a los monumentos a permanecer en un respetuoso segundo plano. Las mujeres-tocado de mirada distraída prefieren concentrarse en su partida de cartas, soñando tal vez con lugares más lejanos donde nuevos espectadores admirarán su irresistible belleza.
Patricia Mir
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