Huella digital

El fotógrafo Bocángelus presenta su serie en Castalia Iuris

La sala de exposiciones de la Asociación Cultural Castalia Iuris de Castellón acoge la exposición ‘Huellas’ del fotógrafo madrileño Enrique González, Bocángelus. Desde una óptica muy personal e introspectiva, casi filosófica, el artista denuncia la deshumanización de la actual sociedad tecnificada, buscando sacudir al espectador más sensible para que hurgue en su interior y descubra su propia huella. La exposición podrá visitarse hasta el próximo 9 de mayo. El horario de visitas de la Asociación Cultural Castalia Iuris de Castellón es de lunes a jueves de 9.00 a 14.30 y de 16.30 a 19.00 horas. Los viernes solo mañana.Castalia Iuris brinda así a los castellonenses una de las últimas oportunidades que habrá para poder disfrutar de estas 20 instantáneas de la serie ‘Sueño’, primera parte de una trilogía que cerrarán ‘Despertar’ y ‘Vigilia’. Todas las fotografías están acompañadas de textos en primera persona de una intensidad y una lucidez tal que ponen de manifiesto el espíritu reflexivo y crítico de su autor. Como único elemento que se repite una silla, metáfora de las debilidades e inseguridades del ser humano.

Sus fotografías no tienen montaje alguno. Bocángelus huye de los artificios de las nuevas tecnologías porque según este fotógrafo la imagen “pierde naturalidad y potencia en el mensaje”. A cambio, Bocángelus propone al público una composición cuidada de paisajes rurales, celajes de gran belleza y una presencia destacada del mundo animal. Pretendidamente el fotógrafo ningunea cualquier escenario urbano o presencia humana. “En estos momentos estoy disgustado con la civilización por su exacerbado y ciego amor por la tecnología y la ciencia. Nos estamos dejando conquistar por lo material y lo que yo reclamo es una vuelta a la esencia, a lo que de verdad importa. Mi arte refleja mi estado interior”.

Tras 20 años trabajando para la banca Bocángelus ha decidido dedicarse profesionalmente a la fotografía. Desde su estudio en Benicàssim, este madrileño intenta cada mañana disfrutar de un amanecer escuchando el silencio, un compañero exiliado hace mucho de la capital. Con su trabajo le pide al espectador que, como mínimo, se emocione.