El Centro Cultural Melchor Zapata presenta la exposición ‘Carpe diem’
La pintora castellonense María Griñó acaba de presentar en el Centro Cultural Melchor Zapata de Benicàssim sus obras más recientes, surgidas todas durante la pandemia y pintadas entre 2020-2021. Su habitual estilo alegre y feminista ha dado paso a una profunda reflexión sobre la huella psicológica, y también física, que ha dejado el virus en la sociedad. La libertad de circulación, la necesidad de salir del largo confinamiento, el agotamiento, la vacuna o la inmunidad de rebaño son algunas de las ideas y emociones tatuadas en la piel de sus personajes.
A finales de 2020 María Griñó presentó ‘¿En qué pensamos?’, la primera parte de una serie dedicada a la Covid-19 donde supo transformar cada emoción, cada duda y cada anhelo de los que nos habían asolado a todos durante ese año en una obra artística. Mascarillas, el ascenso del Club Deportivo Castellón, la música, noticias falsas, comités de expertos fantasmas, posverdad, la crisis de la hostelería o la cultura fueron algunos de los temas abordados sobre el tiempo transcurrido durante el estado de alarma.
Además de esta familia, Benicàssim presentará por primera vez al público la segunda parte de esta crónica visual donde los grafismos a los que tan acostumbrados nos tiene esta creadora en sus poderosas cabelleras -como alusión a la actividad mental de nuestros cerebros-, se han trasladado también a la piel, a modo de tatuajes, para representar el plano más físico. Todas estas piezas narran el después del estado de alarma.
Las obras de María Griñó recuerdan los últimos meses vividos, donde un porcentaje muy alto de personas ya están vacunadas, donde hay una mayor libertad controlada pero, como la misma autora reconoce “libertad al fin y al cabo”.
La necesidad de volver a recuperar nuestra libertad pre-pandemia aparece en muchas de las piezas de la exposición. Con ellas se justifica el título de la exposición: “Carpe diem”, aprovecha cada momento del día. Disfrutando de un paseo, del canto de un pájaro, de un día de sol, del encuentro con amigos o seres queridos, etc… “esas pequeñas cosas a las que no solemos darles importancia pero que son parte de nuestro día a día. Esta pandemia nos ha enseñado que el mañana podía no habernos llegado nunca y que debíamos disfrutar de lo poco que podíamos hacer o ver”, concluye esta creadora.
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