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23.7.12

Amor por el oficio

Alex Alemany vuelve a cautivar al público madrileño




La galería de arte ART EKA emplazada en la calle Santa Isabel, 33 de Madrid, -junto al Reina Sofía-, ha cautivado al público madrileño con su primera exposición individual que ha dedicado al pintor valenciano Alex Alemany, considerado uno de los máximos exponentes del realismo mágico o nueva figuración del panorama actual. Alex Alemany ha confesado que su presencia en Madrid era “un gesto de complicidad con Vicente Eka (gerente de la sala). Los dos fuimos compañeros de Bellas Artes en Valencia. Además, apoyo este proyecto de ART EKA porque nace con más mentalidad de pintor que de galerista”.

‘Vivir para pintar’ es el lema de esta serie de 2012 y a su vez toda una declaración de intenciones en pro del oficio de pintor por el que Alemany siente verdadera devoción. Aunque no es amigo de las etiquetas, la pintura de Alemany posee esa mezcla de realismo y dibujo preciosista bañado en los juegos del subconsciente y lo onírico. Realismo mágico, surrealismo matérico o nueva figuración son algunos de los conceptos acuñados en torno a esta manera de entender la pintura. Para Alemany, ajeno a esta discusión formal, es simplemente un canal por el cual transmitir no solo las vivencias, sino también las obsesiones y preocupaciones de su ser. “Es más importante lo que tengo que decir que el estilo que pueda emplear en cada momento. Voy cambiando de traje según convenga hasta llegar incluso a la abstracción en algunos momentos. Soy políglota de mi oficio y, porqué no, algo travieso”, señala el artista valenciano.

La poesía visual que emana de la obra de Alemany tiene muchas veces su génesis en los versos que con frecuencia el artista escribe desde hace años. Algunos de estos poemas se transforman en cuadros, mientras que otros quedan durmiendo un sueño eterno alimentando ese poso del subsconsciente al que tanto recurre Alemany. La obra de este artista hay que leerla como una metáfora poética autobiográfica (la infancia, la pareja, los hijos, la sociedad industrial…) con el agua casi siempre como telón de fondo y en la que muchas veces el espectador se puede ver reflejado.

En su ‘Serie blanca’ Alemany emplea el recurso de la esfera o el huevo, símbolo universal de la fertilidad y la maternidad. Cortinajes, sabanas blancas que incitan a ese provocador juego de insinuaciones y paños mojados en los que este diestro pintor utiliza con maestría una técnica de la matización cromática sobre la siempre difícil gama de los blancos. Un académico ejercicio del oficio reservado solo para aquellos que trabajan incansablemente en búsqueda de la perfección, profundamente enamorados de su oficio. Alemany afirma que “pintar es como el color de mi piel”, una piel bañada en una paleta real e irreal, sin límites.

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