Miguel Borrull

Un castellonense en la Historia del Flamenco


Ya han pasado cinco años desde que la UNESCO declarase al flamenco como Patrimonio Cultural de la Humanidad: un arte ya universal, nacido en las familias gitanas de la Baja Andalucía a finales del siglo XVIII, que supone una de la manifestaciones culturales más importantes de nuestro país y uno de los máximos exponentes de la cultura española en el mundo

Este fin de semana Castellón también se ha puesto flamenco con la celebración de su I Festival Flamenco, un acontecimiento cultural de gran calidad artística organizado por la Fundación Punjab que ha suscitado un gran interés entre los aficionados de la Comunidad Valenciana y en cuya programación destacaban dos recitales con nombres señeros del flamenco actual como son Pedro el Granaíno, Capullo de Jerez y Farruquito. El encuentro ha acogido también una serie de actividades paralelas como charlas, cursos, talleres, y un concurso de cante para nuevos valores.

 Y toda esa programación está dedicado a la figura del tocaor gitano castellonense Miguel Borrull, (1864 – 1926) un artista muy relevante en la historia del arte flamenco, nacido en Castellón, aunque muy poco conocido en la ciudad que le vio nacer. Esta iniciativa de la Fundación Punjab va a contribuir a reivindicar y poner en valor la figura y la obra de un artista castellonense que forma parte del olimpo flamenco.

Miguel Borrull Castellón, amigo de Tárrega (y en cierto modo influido por éste) comenzó su carrera en Madrid, protegido por el mecenazgo del Duque de Medinaceli, donde pronto ganó fama y prestigio. Su nombre figura en los albores de la discografía flamenca: en los antiguos cilindros de cera y los numerosos discos de pizarra registrados por Borrull acompañando con su toque a los mejores cantaores de la época como Antonio Chacón y Manuel Torre. Su etapa en la capital de España dio origen a la conocida como escuela madrileña de guitarra, cuyo máximo exponente fuera Ramón Montoya. Brilló en los estilos de Levante e hizo historia con su creación de la rondeña. En 1915 se traslada con su familia a Barcelona, donde fundó poco después el mítico Tablao Villa-Rosa, un elegante local que acogió hasta la Guerra Civil a los más grandes artistas flamencos del cante, el baile y el toque de su tiempo y que se convirtió en un punto de encuentro de intelectuales: nada menos que Picasso, Rusiñol o Zuloaga eran algunos de sus ilustres habituales clientes.

Con Miguel Borrull se inicia una saga de artistas que llega hasta nuestros días. Su hijo Miguel Borrull Jiménez, (1900-1976) también guitarrista, alcanzó gran prestigio tanto acompañando a grandes cantaores como en la guitarra de concierto. En la siguiente generación destacaron las nietas de nuestro personaje, especialmente la gran bailarina y profesora de danza Trini Borrull, que llevaron por todo el mundo este linaje castellonense y gitano que continúa hasta hoy día con la sobrina de Trini Borrull, María Juncal, una de las bailaoras con mayor proyección en la danza flamenca contemporánea. 

El Festival Flamenco Ciutat de Castelló se ha estrenado este año a lo grande  con la intención de convertirse en una cita anual en torno al flamenco y la cultura gitana. Ole.


* Texto de Joaquín López Bustamante, director del programa “Gitanos: arte y cultura romaní” de Radio Nacional de España