Lorenzo Ramírez lanza su colección de pañuelos pintados a mano
El artista Lorenzo Ramírez se reinventa una vez más para seguir extrayendo todo el jugo a su estrecha y fructífera relación con las fiestas de la Magdalena. Pinturas, dibujos, portadas de llibrets, suplementos de fiestas, ilustraciones, cerámica y ahora también sedas. El pintor de Borriol podría dibujar el perfil del ermitorio de la Magdalena o el vuelo de las faldas de castelloneras casi con los ojos cerrados. Su dibujo de trazo directo y ágil se enfrenta en esta ocasión a un nuevo y delicado soporte. Pañuelos 100% de seda pintados y tintados a mano por el artista. En el proceso de tintado Lorenzo Ramírez ha contado con la colaboración técnica y práctica de Montse y Marta, de la empresa Pirometrol. Aquí más que nunca demuestra su pulso al dibujar al aire, sin apoyos, sobre la frágil tela. El tinte provoca unas aguadas y formas que favorecen mucho las texturas y los matices de colores. Los pañuelos tienen unas medidas de 90 x 90 y de 110 x 110 y están pensados tanto para lucir durante las fiestas fundacionales, como para usar a modo de pañuelos de calle.
El artista Lorenzo Ramírez se reinventa una vez más para seguir extrayendo todo el jugo a su estrecha y fructífera relación con las fiestas de la Magdalena. Pinturas, dibujos, portadas de llibrets, suplementos de fiestas, ilustraciones, cerámica y ahora también sedas. El pintor de Borriol podría dibujar el perfil del ermitorio de la Magdalena o el vuelo de las faldas de castelloneras casi con los ojos cerrados. Su dibujo de trazo directo y ágil se enfrenta en esta ocasión a un nuevo y delicado soporte. Pañuelos 100% de seda pintados y tintados a mano por el artista. En el proceso de tintado Lorenzo Ramírez ha contado con la colaboración técnica y práctica de Montse y Marta, de la empresa Pirometrol. Aquí más que nunca demuestra su pulso al dibujar al aire, sin apoyos, sobre la frágil tela. El tinte provoca unas aguadas y formas que favorecen mucho las texturas y los matices de colores. Los pañuelos tienen unas medidas de 90 x 90 y de 110 x 110 y están pensados tanto para lucir durante las fiestas fundacionales, como para usar a modo de pañuelos de calle.
“Me he propuesto que esta próxima Magdalena sea más plural y más internacional si cabe. Hay que recordar que el empleo del verde en el pañuelo de la romería es algo muy reciente. En su origen, los castellonenses usaban el pañuelo más colorido que tenían en casa, con flores y ricos estampados. Por eso yo he recuperado los colores”, recuerda el artista.
La colección limitada se puede contemplar en exclusiva en el establecimiento de indumentaria Confecciones Pitarch, situado en la calle Mayor 92 de la capital de La Plana.
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