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9.6.21

Luis Bolumar trae su alegría de vivir al Centro Cultural Melchor Zapata de Benicàssim




La exposición ‘El color nos hace libres’ se podrá visitar hasta el 4 de julio, de jueves a domingo de 18 a 21 horas

La sala de exposiciones del Centro Cultural Melchor Zapata de Benicàssim presenta mañana jueves, 10 de junio, los trabajos más recientes (2020/2021) del pintor, grabador y escultor simbolista Luis Bolumar.


El artista segorbino visita por segunda vez este espacio icónico del municipio benicense con un proyecto que destila esperanza y energía vital. Los últimos meses tan complejos han sido un acicate para este creador que, lejos de embriagarse de la tristeza circundante, ha lanzado un mensaje esperanzador a través de sus obras en una exposición que lleva por título ‘El color nos hace libres’. La alcaldesa, Susana Marqués, y el concejal de Cultura, Javier Alonso, han visitado esta mañana las labores de montaje de la muestra que podrá visitarse hasta el próximo 4 de julio en horario de jueves a domingo a 18 a 21 horas.


“La presente exposición es un canto a la capacidad del ser humano para superar los grandes problemas o las situaciones adversas. Un recordatorio de que las personas somos capaces de sobreponernos a todo. La resiliencia, ese término tan en boga, tiene aquí un ejemplo plástico que contribuye a sanar las heridas emocionales del espectador proclamando la libertad”, explica la comisaría de la exposición, Patricia Mir. 


Luis Bolumar ha preparado para Benicàssim alrededor de una veintena de piezas pictóricas, dejando de manera pretendida su faceta como grabador y escultor. Mujeres solas, hombres, parejas o maternidades son los temas que jaspean esta exposición. Y siempre la figura. Aunque Luis Bolumar trabaja otros géneros como el bodegón o, más recientemente, un corpus de árboles imaginados huye en esta ocasión de otras temáticas para concentrar toda su atención en la figura, es decir, en el género humano. Sus cuerpos voluptuosos de generosas formas, la profusión de desnudos y el aspecto carnal laten en cada pincelada. Sus figuras destilan ilusión, alegría y un plus de energía. Anhela que el espectador que contemple estos trabajos sienta esa intensidad eléctrica y que de alguna manera recuerde que podemos superar cualquier obstáculo.


“El simbolismo, aunque nació primero en el campo de la poesía, muy pronto fue asimilado por la pintura jugando con la fantasía y el mundo de los sueños. Cuando contemplamos los personajes de Luis Bolumar entramos en un espejismo, una utopía que nos recuerda vagamente nuestra realidad, pero tamizada de ensueño”, señala la comisaria. 

La misión más importante de un artista es, según Luis Bolumar, crear una fantasía, una ilusión o espejismo de algo que no es real. La pintura tiene el poder de evocar, sugerir. Y la obra vitalista de Luis Bolumar sugiere alegría, suena a música, deleita nuestro inconsciente con el sabor de una copa de champagne o un cóctel, se arrulla entre cojines, acuna a un bebé, abraza, toca… Es esa alegría de vivir, esa esperanza del renacer.

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