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2.6.14

Un universo diferente



Agustina Ortega en el Castillo de Peñíscola






 La temporada expositiva del Castillo de Peñíscola es un aliciente más en la oferta de este municipio turístico emblema de la provincia de Castellón. Un espacio deseado por muchos artistas de la provincia que sueñan con exponer en sus nobles y pétreas paredes. Es el caso de la artista castellonense Agustina Ortega que hoy lunes 2 de junio, a las 19.00 horas, verá cumplido ese deseo cuando su obra se muestre en la sala del Cuerpo de Guardia del bastión del Papa Luna. Para comprender la obra de Agustina Ortega hay que desprenderse de tecnicismos y purismos. Su persona, como su obra, se mueve entre la simpatía y la locura controlada. Toda ella con sus movimientos, vestimenta y pensamiento es una prolongación de su trabajo artístico.  
Agustina Ortega es una artista autodidacta que pinta desde que tiene uso de razón. Su carrera expositiva arrancó en 2000 y desde entonces no ha dejado de participar en exposiciones y otros proyectos menos convencionales. Algunos de sus motivos icono como las gallinas han protagonizado pinturas, grabados, ilustraciones de libros, esculturas, joyas y, más recientemente, mobiliario doméstico. Una de las salas del castillo de Peñíscola se convertirá en un improvisado saloncito con un sofá, una lámpara y un paraban. El elemento protagonista será ese sofá hecho con periódicos, cola y cartón troceado. Cuando se le pregunta por esta pieza ella contesta rotunda: “A mí no me da miedo nada. Cuando tengo una idea la tengo que llevar a la práctica. Hago lo que me viene a la mente. Tampoco me paro a hacer esbozos. Yo no pierdo el tiempo con eso. En este caso partí de dos ideas muy evidentes, crear un sofá y que apareciera en él la gallina. El resto lo fui improvisando”, señala.
La serie de gallinas se completa con otro grupo de piezas de corte expresionista donde los temas se tornan menos amables. Fuerza, trazo y colorido se asoman a esta familia donde la misma artista reconoce que nace de momentos de rabia e incluso esquizofrenia o locura. La sexualidad está latente en muchas de estas obras. En otras el sexo en primer plano no deja lugar a dudas. “¡Yo pinto para las personas que no sienten rechazo!”, exclama la artista. Bien es cierto que Agustina Ortega desarrolla su labor profesional en el área de ginecología de un centro hospitalario y, por tanto, los atributos femeninos están más ligados a la maternidad que no al erotismo. Lo que late en toda su obra, tanto en la aparente despreocupada gallina como en las piezas expresionistas, es su extrema sensibilidad.
La exposición de Agustina Ortega podrá visitarse hasta el próximo15 de junio.


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