El artista presenta un stand hasta el domingo con 30 piezas
El pintor de Vila-real Manuel Franch tiene el honor de ser el único artista presente en el Salón Internacional del Caballo (SICAB) que desde hoy martes y hasta el próximo domingo se celebra en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla. Un stand con 30 piezas mostrará algunos de los trabajos más recientes de este artista dedicado al arte taurino.
El artista vila-realense lleva años perfeccionando una estética propia donde la indumentaria taurina es la absoluta protagonista. Los reflejos de esas lentejuelas que dan nombre al traje de luces son sustituidas por materia pictórica. Los rostros desaparecen, las miradas de concentración, miedo o determinación que caracterizan a otros creadores del arte de la tauromaquia se sustituyen por la lindura de los arabescos. Las sedas bordadas, material noble con el que cubren sus cuerpos los matadores, se muestran en un abanico de colores propios de los trajes de majo. Azul cyan, azul oscuro, azul mediterráneo, azul celeste, azul cobalto, perla blanco, verde manzana, fucsia, magenta, rojo carmín, rojo cadmio, amarillo cadmio, negro y, sobre todo, oro son la paleta cromática más frecuente en sus lienzos.
Lo más significativo de la obra de este artista no es, sin embargo, la elección del color, ni la aproximación realista a la pieza, ni siquiera la postura y composición del personaje. Aquello que hace realmente atractiva la obra de Manuel Franch y la diferencia de muchos otros artistas taurinos es el uso del relieve matérico para simular la filigrana del traje. Esos hilos de oro y plata son su mejor aliado. Sus trabajos en volumen logran captar la mirada del espectador aficionado y no aficionado.
Al obviar aquellos aspectos más trágicos de la fiesta nacional Manuel Franch consigue reconciliar al público de todas las sensibilidades. La fuerza expresiva de la pieza se ve acentuada por un fondo generalmente opaco o en ocasiones blanco que potencia la figura. Sus piezas preferidas son las chaquetillas con sus típicas hombreras, aunque en muchas de sus obras se puede vislumbrar también las taleguillas o incluso el traje completo. Es en los bordados, alamares y lentejuelas de oro donde el artista recrea lo más espectacular de la indumentaria taurina. Igual que en las sastrerías de toreros los maestros crean estas piezas únicas, Manuel Franch consigue con su pincel obras irrepetibles.
Como novedad el artista presenta una de sus últimas series dedicada a los trajes de flamenca, donde emplea la misma técnica, con resultados similares. Los cuerpos femeninos se adaptan a la tela dejando que la atención se centre una vez más en el juego de colores y volúmenes. La admiración que este artista siente por los trajes y su peculiar forma de representarlos lo han convertido en uno de los pintores más originales del arte de la tauromaquia.
